8/6/2021

Controla Tu Glucosa ¡No La Pierdas De Vista!

Hoy en día cada vez son más las patologías vinculadas a un desequilibrio metabólico, y en este sentido el control de la glucosa en plasma es vital.

Hoy en día cada vez son más las patologías vinculadas a un desequilibrio metabólico, y en este sentido el control de la glucosa en plasma es vital.

Vivimos dentro de una época en la que existe mayor número de patologías vinculadas a alteraciones en el metabolismo, entre las cuales podemos incluir patologías cardiovasculares, patologías neurovasculares, procesos tumorales benignos y malignos, enfermedades inflamatorias y enfermedades autoinmunes.

Todas estas patologías tienen lazos con el síndrome metabólico, con la resistencia a la insulina, etc. De ahí que en el siglo XXI cada vez cobre más auge la importancia en el control nutricional, deportivo y calórico que incluye la distribución de los macronutrientes y todo lo que tiene que ver con un correcto desarrollo y funcionamiento de tu metabolismo.

Para poder prevenir este tipo de patologías o en el caso de que la padezcas no tengas que recurrir a tantos fármacos, o si simplemente quieres favorecer la evolución de ésta debemos controlar muy bien los niveles de la glucosa, ya que cobran un eje central en el funcionamiento del metabolismo.

Os dejo este vídeo donde os hablo del Índice Glucémico: Qué Es Y Cómo Impactan Los Distintos Tipos

¿Qué es la glucosa?

La glucosa es la molécula que se encuentra en los carbohidratos, en alimentos como el pan, arroz, legumbres, pastelería industrial y que cuando entra en tu intestino se degradan para poder pasar al plasma sanguíneo.

En un intento de que haya equilibrio, homeostasis y que no existan hiperglucemias constantes alargadas en el tiempo, el páncreas va a liberar insulina cada vez que se produce una elevación de glucosa, de esa forma dicha molécula irá al interior de las células musculares o al hígado para generar el glucógeno, ya sea glucógeno muscular o glucógeno hepático.

Este sería el correcto funcionamiento cada vez que ingerimos hidratos de carbono con el fin de que exista una pequeña subida de glucosa y posteriormente gracias a esa liberación de insulina por parte del páncreas, se normalice.

¿Qué ocurre cuando tenemos un superávit calórico y una vida muy sedentaria con poco gasto calórico?  

Sencillo, simplemente observamos como muchas personas tienen mucha grasa abdominal y poca musculatura, que cada vez que se come carbohidratos (arroz blanco, pasta blanca, bocadillo, bollería industrial, etc.) el páncreas tiene que liberar muchísima cantidad de insulina para solventar la hiperglucemia e intentar que esa glucosa se normalice y;

¿Qué pasa cuando no tienes tantos receptores periféricos a la insulina, que se han saturado y han perdido su flexibilidad, o si simplemente no tienes una masa muscular solvente?

La insulina genera la entrada de glucosa al músculo sino que la transforma en triglicéridos.  Esto es el principio básico de entender como una secreción elevada de insulina a lo largo del tiempo va generando que los adipocitos vayan acumulando cada vez más triglicéridos hasta que se produce una inflamación de dichas células grasas, que principalmente se acumulan en la zona abdominal y visceral hasta provocar lo que se llama la lipoinflamación.

Esta inflamación de todo el tejido adiposo abdominal y sobre todo visceral se encuentra vinculado a muchas patologías metabólicas. Cuando llegamos a este proceso en el cual se ha generado ya un cierto círculo vicioso en el que la persona cada vez que ingiere hidratos de carbono genera hiperglucemia, el páncreas tiene que liberar glucosa, pero como hemos perdido la sensibilidad periférica a la insulina el organismo ya no tiene la flexibilidad metabólica suficiente como para oxidar rápidamente los sustratos energéticos, por lo que la insulina transporta la glucosa constantemente al interior de los adipocitos.

Todo esto causa que la persona con una mínima cantidad de hidratos mantenga constante la insulina en sangre. Dicha insulina transporta la mínima cantidad de glucosa en plasma al interior de los adipocitos y se va generando ese círculo vicioso en el que cada vez hay más grasa abdominal, más grasa visceral, y que se empiece a depositar contenido graso en  el hígado.

En este punto se puede generar una esteatosis, que se refiere a ese hígado graso, cuyo funcionamiento empieza a ser peor y esto empieza a provocar una alteración en el perfil lipídico. Eso quiere decir que el colesterol y las fracciones derivadas del HDL, LDL  y triglicéridos en plasma sanguíneo empiezan a alterarse.

Si miramos más allá podemos observar probablemente una homocisteína o una proteína C reactiva ultrasensible que son los marcadores que nos indican que las arterias están empezando a generar arteriosclerosis y mayor resistencia. Todo esto va a dar lugar a una mayor predisposición a procesos cardiovasculares, arteriosclerosis y generación de trombos etc.

Evidentemente esto causará paralelamente mayor predisposición a procesos neurovasculares, los cuales tienen una base también metabólica, porque las arterias tienen que generar irrigación (llegada de oxígeno y nutrientes) al cerebro; cómo toda esta situación va a provocar que estén más cerradas, aumentamos la predisposición a la arteriosclerosis.  Con el paso del tiempo habrá también mayor predisposición a demencia senil.

El adipocito no se encarga del almacenamiento de grasa, sino también actúa como célula endocrina que cuando se inflama libera citoquinas, factor de necrosis tumoral alfa (TNF-a), etc.  El estado de inflamación perpetua en todo tu organismo origina dolor de articulaciones, dolor muscular, apatía, fatiga crónica que genera síndrome de fatiga central, el cual aumenta la predisposición a otras patologías como la fibromialgia, depresión y que el sistema nervioso no tenga un control adecuado de las concentraciones de serotonina, dopamina, GABA, etc.

¿Qué ocurre en el caso de los hombres?¿Y en el de las mujeres?

Los pacientes con cualquiera de las patologías mencionadas también hacen que las hormonas sexuales declinen, por lo que vamos a tener un aumento de prolactina tanto en hombres como mujeres.

En el caso de los hombres esto va a dar lugar a disminución en los niveles de testosterona, con todo el impacto que esto va a tener en la salud sexual del hombre (libido, autoestima, capacidad de enfrentarnos al estrés, etc.)

En el caso de las mujeres esto va a generar amenorreas, infertilidad, pérdida de liberación de estrógenos, envejecimiento prematuro, etc.

Estas elevaciones de prolactina y alteraciones del sistema nervioso, del sistema inmune ocasionados por la información también va a provocar alteraciones en el eje tiroideo, lo cual va a suponer un drama en todas las personas que ya tienen mayor acumulación de grasa abdominal, poca masa muscular ya que con la poca cantidad de calorías que están comiendo y la poca cantidad de hidratos de carbono, ya no son casi tolerables porque su eje tiroideo también se ha ralentizado, y a esto tenemos que sumar las alteraciones hormonales a efectos del cortisol.

Estos estados de inflexibilidad metabólica se van a tratar de compensar por el cuerpo a través de mucha liberación de cortisol, pero elevadas cantidades de esta molécula dan lugar a más catabolismo, más pérdida de sensibilidad periférica a la insulina agravándose paulatinamente el problema.

Cuando tenemos la glucosa constantemente elevada se va a generar una alteración de los depósitos a nivel de las estructuras proteicas, lo que se llama glicosilación, que es un proceso que provoca acumulación de glucosa en las moléculas de proteínas, ocasionando una mayor inflamación, mayor envejecimiento de estas estructuras proteicas, como pueden ser las células neuronales, las endoteliales, etc.

Como consecuencia de ese depósito de glucosa, la retina y las funciones renales pueden empezar a mermar, la oxigenación a nivel distal en tus dedos y miembros sexuales va a ser peor, lo que lleva a rigidez y esto da lugar al pie diabético, a las amputaciones, etc.


Parámetros a vigilar en las Analíticas:

Glucosa

Debe ser medida en ayunas. El valor normal de la glucosa oscila entre 75-85 mg/dl con máximo de 90 mg/dl. Normalmente el laboratorio marca como límite máximo 106-110 mg/dl,  lo cual ya puede ser un signo de acciones a tomar.  

Hay veces que tu valor de glucosa puede dar un falso positivo cuando la noche previa a la analítica te hinchaste a carbohidratos. Lo que se recomienda es repetir la  prueba en la farmacia por al menos 3 días consecutivos para controlar el valor.

En este sentido hay personas que se monitorizan pinchándose varias veces al día, pero también tenemos otras opciones  como el  Free Style.

Este es un dispositivo que se inserta a nivel del brazo y simplemente pasando el dispositivo del móvil está recibe información de cómo estuvo la glucosa en real time, lo cual evidentemente da muchísima información para saber qué diferentes comidas son más aptas para ti y qué ocurre a lo largo de la noche.

Insulina

Idealmente en ayunas debe estar entre 5 y 8  UI/ml. Si tienes unos niveles de insulina muy bajos habría que evaluar si existen problemas de absorción a nivel intestinal o si se está en procesos de catabolismo.

Si tienes un nivel de insulina por encima de 10- 12 UI/ml muy probablemente se estará desarrollando una resistencia a la insulina.

Tratamiento

En cuanto al tratamiento, la mejor medicina es la preventiva ya que haremos pautas alrededor de la nutrición, alrededor del deporte, de la suplementación deportiva, de la gestión de los biorritmos, del descanso van a impactar muy positivamente en tu metabolismo, la sensibilidad periférica insulina y el control tan importante de la glucosa del cual hemos estado hablando.

Ahora ya conoces más razones por las que es importante controlar los niveles de glucosa. No la pierdas de vista ya que a medio/largo plazo tu salud te lo agradecerá.

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